viernes, 23 de abril de 2010

SIEMPRE ME ENSEÑARON EL TEMOR A DIOS


Lo sé y desde entonces has estado paralizado en tu relación Conmigo.
Sólo cuando dejas de temerme, podrás crear cualquier clase de relación significativa Conmigo.
Si pudiera darte cualquier don, o cualquier gracia especial, eso te permitiría encontrarme, eso sería arrojo.
Benditos sean los que no temen, porque ellos conocerán a Dios.
Eso significa que debes ser lo bastante osado como para olvidar lo que piensas que sabes acerca de Dios.
Debes ser lo suficientemente valiente para alejarte de lo que otros te han dicho sobre Dios.
Debes ser tan intrépido como para osar entrar en tu propia experiencia de Dios.
Entonces no debes sentir culpa por eso. Cuando tu propia experiencia viole lo que pensabas que sabías y lo que todos los demás te han dicho sobre Dios, no debes sentir culpa.
El temor y la culpa son los únicos enemigos del hombre.

Aún así, hay quien dice que hacer lo que Tú sugieres es negociar con el diablo; que sólo el diablo sugeriría algo así.

No hay diablo.

Eso es algo que también diría el diablo.

El diablo diría todo lo que Dios dice, ¿no es así?

Sólo que más inteligentemente.

¿El diablo es más inteligente que Dios?

Digamos que más astuto.

Entonces, ¿el diablo <> al decir que Dios diría?

Con un pequeño <>, sólo lo suficiente para sacar a uno del camino, para conducirlo por el camino equivocado

Creo que tenemos que hablar un poco sobre el <>.

Hablamos mucho sobre esto en el Libro 1.

En apariencia, no lo suficiente. Además, quizá algunas personas no leyeron el Libro 1 o el Libro 2. Por lo tanto, creo que un buen comienzo sería resumir algunas de las verdades que aparecen en esos libros. Eso establecerá la base para las verdades universales más grandes en este tercer libro. Hablaremos sobre el diablo desde el principio. Deseo que sepas cómo y por qué se inventó esa entidad.

Muy bien, de acuerdo. Tú ganas. Ya estoy en el diálogo y en apariencia va a continuar. Sin embargo, hay algo que la gente debe saber cuando yo inicié esta tercera conversación: ha transcurrido medio año desde que escribí las primeras palabras aquí presentadas. Hoy es el 25 de noviembre de 1994, el día siguiente al Día de Gracias. He tardado 25 semanas en llegar hasta aquí; 25 semanas desde tus últimas palabras que aparecen arriba, hasta mis palabras en este párrafo. Han sucedido muchas cosas durante esas 25 semanas. No obstante, algo que sucedió es que este libro no ha avanzado ni un centímetro. ¿por qué esta tomando tanto tiempo esto?

¿Te das cuenta cómo puedes bloquearte? ¿Comprendes cómo puedes sabotearte? ¿Comprendes cómo puedes detenerte de pronto cuando estás a punto de lograr algo bueno? Has hecho esto toda tu vida.

¡Hey, espera un minuto! No soy quién está obstruyendo este proyecto. No puedo hacer nada, no puedo escribir ni una sola palabra, a no ser que me sienta... Odio emplear esta palabra, pero supongo que tengo que hacerlo... inspirado para acercarme a este block de papel amarillo y continuar. ¡La inspiración es cosa Tuya, no mía!

Comprendo. Entonces, piensas que Yo me he estancado, no tú.

Sí, algo parecido.

Mi maravilloso amigo, esto es algo muy tuyo... y de otros seres humanos. Te sientas sobre las manos medio año, no haces nada acerca de tu mayor bien, en realidad, lo apartas de ti y después culpas a alguien o a algo ajeno a ti porque no llegas a ninguna parte. ¿No ves un patrón aquí?

Bueno...

Te diré esto: no hay un momento en que no esté contigo; nunca hay un momento en que no esté <>. ¿Acaso no te dije esto con anterioridad?

Bueno, sí, pero...

Siempre estoy contigo, incluso hasta el final del tiempo. No obstante, no impondré Mi voluntad sobre ti... nunca. Elijo el mejor bien para ti, pero principalmente, elijo tu voluntad para ti. Esta es la medida de amor más segura.
Cuando deseo para ti lo que tú deseas para ti, entonces, en verdad te amo. Cuando deseo para ti lo que yo deseo para ti, entonces, me estoy amando, a través de ti.
Por lo tanto, con la misma medida puedes determinar si otras personas te aman y si tú en verdad amas a los demás. El amor no elige nada para sí, sino que sólo busca hacer posibles las preferencias de la persona amada.

Eso parece contradecir en forma directa lo que tu dijiste en el Libro 1 acerca de que al amor no le preocupa lo que la otra persona es, hace y tiene, sólo lo que el Yo esta siendo, haciendo y teniendo.
Esto me hace formular otras preguntas, como... ¿qué hay acerca de la madre que le grita al niño, <<¡Aléjate de la calle!>> O mejor aún, que arriesga su propia vida al correr entre el tráfico para quitar de allí al niño? ¿Qué hay acerca de esa madre? ¿Acaso no está amando a su hijo? Sin embargo, impuso su propia voluntad. Recuerda que el niño estaba en la calle porque quería estar allí.
¿Cómo explicar estas contradicciones?

No hay contradicción; sin embargo, no puedes ver la armonía. No comprenderás esta doctrina divina acerca del amor, hasta que comprendas que para Mí, mi elección más preciada es la misma que la tuya. Esto se debe a que tú y Yo somos uno.
La Doctrina Divina es también una Dicotomía Divina y esto es porque la vida en sí es una dicotomía, una experiencia dentro de la cual dos verdades aparentemente contradictorias pueden existir en el mismo espacio y al mismo tiempo.
En este caso, las verdades en apariencia contradictorias son que tú y Yo estamos separados y que tú y Yo somos uno. La misma contradicción aparente se presenta en la relación entre tú y todos los demás.
Sostengo o que dije en el Libro 1: el error más grande que cometen las personas en las relaciones humanas es preocuparse por lo que la otra persona desea, es, hace o tiene. Deben preocuparse únicamente por el Yo. ¿Qué está siendo, haciendo o teniendo el Yo? ¿Qué desea, necesita o elige el Yo? ¿Cuál es la elección más preciada para el Yo?
Sostengo también otra afirmación que hice en ese libro: La elección más preciada para el Yo se convierte en la elección más preciada para otra persona, cuando el Yo comprende que no hay nadie más.
Por lo tanto, el error no está en elegir lo que es mejor para ti, sino en no saber lo que es mejor. Esto surge por no saber Quién Eres Realmente , mucho menos quién buscas ser.

No comprendo.

Permite que te dé un ejemplo. Si intentas ganar las 500 millas de Indianápolis, conduciendo a 240 kilómetros por hora, podría ser lo mejor para ti. No obstante, si tu intención es llegar a salvo al supermercado, no es la elección correcta.

Estás diciendo que todo es contextual.

Sí. Todo en la vida lo es. Lo que es <> depende de quién eres y quién intentas ser. No puedes elegir con inteligencia lo que es mejor para ti, hasta que inteligentemente decidas quién y qué eres.
Yo, como Dios, sé lo que intento ser. Por lo tanto, sé lo que es <> para Mí.

¿Y qué es eso? Dime, ¿qué es <> para Dios? Esto debe ser interesante...

Lo que es mejor para Mí es darte lo que decidas que es mejor para ti, porque lo que estoy tratando de ser es Yo mismo, expresado y lo estoy siendo a través de ti.
¿Estás comprendiendo esto?

Sí, lo creas o no, en realidad lo comprendo.

Bien. Ahora te diré algo que quizá se te dificulte creer.
Siempre te doy lo que es mejor para ti... aunque admito que no siempre lo sabes.
Este misterio aclara un poco que has empezado a comprender lo que me propongo.
Soy Dios.
Soy la Diosa.
Soy el ser Supremo. El Todopoderoso. El Principio y el Fin, Alfa y Omega.
Soy la Suma y la Substancia. La Pregunta y la Respuesta. Lo Superior y lo Inferior. La Izquierda y la Derecha. El Aquí y el Ahora. El Antes y el Después.
Soy la Luz y soy la Oscuridad que crea la Luz y la hace posible. Soy la Bondad sin fin y la <> que hace buena la <>. Soy todas estas cosas, el Todo de Todo y no puedo experimentar alguna parte de Mi Ser sin experimentar Todo Mi Ser.
Y esto es lo que no comprendes acerca de Mí. Deseas hacerme uno y no el otro. Lo alto y no lo bajo. El bien y no el mal. No obstante, al negar la mitad de Mí, niegas la mitad de tu Yo y al hacerlo, nunca puedes ser Quién Eres Realmente.
Soy el Todo Magnífico y lo que intento es conocerme experimentalmente. Hago esto a través de ti y a través de todo lo que existe. Estoy experimentando Mi Yo como magnífico mediante las elecciones que hago, puesto que cada elección es autocreativa. Cada elección es definitiva. Cada elección me representa. Esto es, representa a Mí y a Quién Yo Elijo Ser Ahora.
Sin embargo, no puedes elegir ser magnífico, a no ser que haya algo de lo cual elegir. Alguna parte de Mí debe ser menos que magnífica para que Yo elija la parte de Mí que es magnífica.
Lo mismo sucede contigo.
Soy Dios, en el acto de crear Mi Yo.
Tú también lo eres.
Esto es lo que tu alma anhela hacer. Esto es lo que ansía tu espíritu.
Si evitara que tuvieras lo que eliges, evitaría que Mi Yo tuviera lo que Yo elijo. Mi mayor deseo es experimentar Mi Yo como lo Que Soy. Como lo expliqué cuidadosa y esmeradamente en el libro 1, sólo puedo hacer lo que está en el espacio de lo Que No Soy.
Por este motivo, creé cuidadosamente lo Que No Soy, para poder experimentar lo Que Yo Soy.
Sin embargo, soy todo lo que creo; por lo tanto, Yo Soy, en un sentido, lo Que Yo No Soy.

¿Cómo alguien puede ser lo que no es?

Fácil. Lo haces todo el tiempo. Sólo observa tu comportamiento.
Trata de comprender esto. No hay nada que Yo no sea. Por lo mismo, Yo Soy lo que Yo Soy y Yo Soy Lo Que Yo No Soy.

ESTO ES DICOTOMÍA DIVINA.

Éste es el Misterio Divino que, hasta ahora, sólo las mentes más sublimes pueden comprender. Aquí te lo revelo de una manera en la que más personas puedan comprenderlo.
Éste era el mensaje del Libro 1 y debes comprender esta verdad básica, debes conocerla profundamente, si deseas entender y conocer las verdades incluso más sublimes que presentaré aquí, en el Libro 3.
Ahora, permite que mencione una de estas verdades más sublimes, ya que contiene la respuesta a la segunda parte de tu pregunta.

Esperaba que regresáramos a esa parte de mi pregunta. ¿Cómo es que la madre ama al niño, si dice o hace lo que es mejor para el hijo, incluso si tiene que contrariar la propia voluntad del niño para hacerlo? ¿O acaso la madre demuestra el amor más verdadero al permitir que el niño juegue en el tráfico?

Ésta es una pregunta maravillosa. Es la pregunta que formulan todos los padres, en una u otra forma, desde que empezó la paternidad. La respuesta es la misma para ti como padre, que para Mí como Dios.

Entonces, ¿cuál es la respuesta?

Paciencia hijo Mío, paciencia. <>. ¿Nunca has oído eso?

Sí, mi padre solía decirlo y yo lo odiaba.