sábado, 20 de noviembre de 2010

¿EXISTE EL MAL? ¿EXISTE EL INFIERNO?



¿Existe el mal? El profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta."¿Dios creó todo lo que existe?"
Un estudiante contestó valiente: Sí, lo hizo. ¿Dios creó todo?: Sí señor, respondió el joven.
El profesor contestó, "Si Dios creó todo, entonces Dios hizo al mal, pues el mal existe, y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo".
El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe Cristiana era un mito.
Otro estudiante levantó su mano y dijo: ¿Puedo hacer una pregunta, profesor?

Por supuesto, respondió el profesor.
El joven se puso de pie y preguntó: ¿Profesor, existe el frío?,
¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?.
El muchacho respondió: De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es
ausencia de calor. "Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía.
El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos
calor".
Y, ¿existe la oscuridad? Continuó el estudiante.

El profesor respondió: Por supuesto.
El estudiante contestó: Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no.
Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio determinado?
Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describirlo que sucede cuando no hay luz presente.
Finalmente, el joven preguntó al profesor: señor, ¿existe el mal?.

El profesor respondió: Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.
A lo que el estudiante respondió: El mal no existe, señor, o al menos no existe por si mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios. Dios no creó al mal. No es como la fe o el amor, que existen como existe el calor y la luz.
El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz. Entonces el profesor, después de asentar con la cabeza, se quedó callado.
EL JOVEN SE LLAMABA ALBERT EINSTEIN

Sin embargo, no hay víctimas en el mundo; ni malvados. Ni tampoco sois víctimas de las decisiones de los demás. En un determinado nivel, habéis creado todo aquello que decís que aborrecéis; y, al haberlo creado, lo habéis elegido.
El malestar y la enfermedad son los contrarios de la salud y el bienestar, y se manifiestan en vuestra realidad a petición vuestra. No podéis caer enfermos si a un determinado nivel no lo provocáis vosotros mismos, y podéis estar bien de nuevo en un cierto momento simplemente decidiendo estarlo. Los estados de profunda frustración personal son respuestas que habéis elegido, y las calamidades mundiales son el resultado de la conciencia mundial.

Tu pregunta implica que yo decido tales acontecimientos, que ocurrirían por Mi voluntad y Mi deseo. Pero Yo no provoco estas cosas; simplemente os observo a vosotros hacerlo. Y no hago nada para detenerlas, porque obrar así sería coartar vuestra voluntad. Además, ello os privaría de la experiencia de Dios, que es la experiencia que vosotros y Yo hemos elegido juntos.

No condenes, pues, todo aquello que llamarías malo en el mundo. En lugar de ello, pregúntate qué es lo que consideras malo y, en su caso qué puedes hacer para cambiarlo.

¿Estás diciendo que no debo sentirme mal al pensar en los niños que mueren de hambre en África, la violencia y la injusticia en América, o el terremoto que mata a centenares de personas en Brasil?

En el mundo de Dios no existen los «debo» ni los «no debo». Haz lo que quieras hacer. Haz aquello que constituya tu reflejo, aquello que te represente como una versión más magnífica de Ti mismo. Si quieres sentirte mal, siéntete mal.
Pero no juzgues ni condenes, puesto que no sabes por qué ocurren las cosas, ni con qué fin.
Y recuerda esto: aquello que condenes te condenará, y un día serás aquello que juzgas.
Trata, más bien, de cambiar -o ayudar a quienes lo están cambiando- aquello que ha dejado de reflejar vuestro más alto sentido de Quienes Sois.
No obstante, bendícelo todo, pues todo es creación de Dios, a través de la vida, que constituye la más alta creación.
¿EXISTE EL INFIERNO?

El infierno existe, pero no es como vosotros pensáis, y no lo habéis experimentado por las razones que te he dado.
¿Qué es el infierno?

Es la experiencia del peor resultado posible de vuestras elecciones, decisiones y creaciones. Es la consecuencia natural de cualquier pensamiento que Me niegue, o niegue Quiénes Sois en relación a Mí.
Es el dolor que sufrís a causa de un pensamiento equivocado. Pero el término «pensamiento equivocado» tampoco es apropiado, ya que no existe nada que sea equivocado.

El infierno es lo opuesto a la alegría. Es la insatisfacción. Es saber Quiénes y Qué sois, y fracasar a la hora de experimentarlo. Es ser menos. Eso es el infierno, y no hay ninguno mayor para vuestra alma.
Pero el infierno no existe como ese lugar que habéis imaginado, donde os quemáis en un fuego eterno, o como una forma de tormento perpetuo. ¿Qué podría pretender Yo con eso?

Incluso si Yo sostuviera la idea, extraordinariamente malvada, de que no os «merecíais» el cielo, ¿por qué habría de tener la necesidad de buscar algún tipo de venganza, o castigo, por vuestra falta? ¿No sería para Mí mucho más sencillo simplemente deshacerme de vosotros? ¿Qué vengativa parte de Mí necesitaría someteros a un sufrimiento eterno de un tipo y una intensidad más allá de cualquier descripción?

Si me contestas que la necesidad de justicia, ¿no sería suficientemente justo la simple negación de la comunión Conmigo en el cielo? ¿Hace falta también infligir un dolor sin fin?

Te digo que después de la muerte no hay ninguna experiencia semejante a la que habéis elaborado en vuestras teologías, basadas en el temor. Pero sí existe la experiencia del alma tan infeliz, tan incompleta, tan inferior al todo, tan separada de la inmensa alegría de Dios, que para vuestra alma eso sería el infierno.

Pero deja que te diga que Yo no os envío ahí; ni tampoco soy la causa de que esa experiencia os aflija. Sois vosotros, vosotros mismos, quienes creáis esa experiencia, cada vez y en cada ocasión que alejáis vuestro Yo de vuestro pensamiento más alto sobre vosotros. Sois vosotros, vosotros mismos, quienes creáis la experiencia cada vez que rechazáis a vuestro Yo; cada vez que negáis Quiénes y Qué Sois Realmente.

Pero ni siquiera esta experiencia es eterna. No puede serlo, puesto que no forma parte de Mi plan que permanezcáis separados de Mí para siempre. En realidad, una cosa así es una imposibilidad: para que algo así sucediera, no sólo vosotros habríais de negar Quiénes Sois; también habría de hacerlo Yo. Y eso no lo haré nunca. Y mientras uno de nosotros mantenga la verdad acerca de vosotros, dicha verdad prevalecerá finalmente.

Pero si no hay infierno, ¿significa eso que puedo hacer lo que quiera, actuar como desee, realizar cualquier acción, sin temor a un castigo?

¿Necesitas el temor para poder ser, hacer y tener aquello que es intrínsecamente justo? ¿Necesitas sentirte amenazado para «ser bueno»? ¿Y qué es «ser bueno»? ¿Quién tiene la última palabra respecto a eso? ¿Quién establece las pautas? ¿Quién hace las normas?

Déjame que te diga algo: cada uno de vosotros es quien hace sus propias normas. Cada uno de vosotros establece las pautas. Y cada uno de vosotros decide si lo que ha hecho es bueno, si lo que hace es bueno, ya que cada uno de vosotros es el único que ha decidido Quién y Qué Es Realmente, y Quién Quiere Ser. Y cada uno de vosotros es el único que puede establecer si lo que hace es bueno.
Ningún otro os juzgará nunca, ya que ¿por qué, y cómo, podría Dios juzgar su propia creación y decir que es mala? Si Yo quisiera que fuerais perfectos y obrarais siempre de manera perfecta, os habría dejado en el estado de total perfección del que procedéis. El fin último del proceso era que os descubrierais a vosotros mismos, que os crearais a Vosotros mismos, tal como realmente sois, y como realmente deseáis ser. Pero no podíais serlo a menos que tuvierais también la posibilidad de ser otra cosa distinta.
¿Debo, entonces, castigaros por realizar una elección que Yo Mismo he puesto a vuestro alcance? Y si Yo no quisiera que dispusierais de esa segunda posibilidad, ¿para qué habría de crear otra que no fuera la primera?

Esta es la pregunta que debéis haceros antes de atribuirme el papel de un Dios que condena. La respuesta directa a tu pregunta es que sí: puedes hacer lo que quieras sin temor al castigo. Sin embargo, puede resultarte útil ser consciente de las consecuencias.
Las consecuencias son los resultados naturales. No tienen nada que ver con los castigos. Son simplemente resultados: lo que resulta de la aplicación natural de las leyes naturales; lo que ocurre -de manera totalmente predecible- como consecuencia de lo que ha ocurrido.

Toda la vida física funciona según las leyes naturales. Cuando recordéis estas leyes, y las apliquéis, lograréis dominar la vida a nivel físico.
Lo que a vosotros os parece un castigo -o aquello a lo que llamaríais el mal, o la mala fortuna-, no es sino una ley natural manifestándose por sí misma.

Si queremos el bien, tenemos que hacerlo libremente. Dios no nos fuerza a hacerlo. Quiere nuestro amor libre. ¿De qué le sirve un amor obligado?

¿Por qué existe el mal (AUSENCIA DE DIOS EN NUESTROS CORAZONES?
¿Quisieramos que no existiese el mal (ESA AUSENCIA DE DIOS?

Esto puede ser posible, sí, pero no depende de Dios. Dios es bueno, y perfecto, y hace todo así. Estas son las palabras del Génesis: “Y vio Dios que todo era bueno”. Dios creo al hombre libre, es decir, con el poder de decidir lo que hacemos, con el poder de hacer el bien o hacer el mal. Porque nos creó con una alma, nos da la libertad de hacer el bien o el mal. Tan grande es su amor que no interrumpe nuestra libertad. Quiere que nuestras buenas acciones y nuestro amor sean puros, auténticos y reales, y que vengan de nosotros mismos libremente.

Hay que distinguir entre el mal físico y el mal moral. El primero se origina cuando se cruzan y "chocan" fuerzas físicas y químicas que existen independientemente de nuestro querer. Si conociésemos todas esas leyes se podrían evitar muchas catástrofes, pero es claro que no siempre controlamos todo lo que va a ocurrir (el rayo que caerá cerca de casa, la bacteria que se difunde por todos lados, el mosquito que transmite la malaria, el terremoto que derrumba cientos de casas).

Existe otro mal que depende de cada uno: el mal moral. Este mal nace cuando usamos nuestra libertad no para hacer el bien, sino para buscar un fin egoísta que implica dañar a otros. Este mal es la fuente de muchos dolores y angustias de la humanidad. Dios, sin embargo, no puede impedirlo, pues, de lo contrario, tendría que quitarnos la libertad.

Desde luego, es muy alto el riesgo que nace de esa libertad, pues permite que puedan existir hombres como Hitler, Stalin o Mao. Pero no hemos de olvidar que esa misma libertad es la que hace que puedan existir también un Francisco de Asís, una Madre Teresa de Calcuta, un Papa Juan Pablo II. A cada uno le toca decidir de qué lado se va a colocar en la historia de la lucha entre el bien y el mal. Desde que Cristo vino al mundo, la opción por el bien es posible para todos: basta con dejarnos tocar por su amor redentor.

Pero... ¿Por qué un Dios bueno permite el sufrimiento de los niños y de los inocentes?

Si queremos luchar contra el mal y desterrarlo del mundo, debemos comenzar por nosotros mismos. Somos los responsables de quitarlo del mundo, y lo haremos contraponiéndole el bien. Cristo, con su amor a nosotros hasta la muerte a la cruz, nos muestra que el sufrimiento es inevitable en esta vida, pero que puede ser una cosa buena, y hasta causa de redención eterna. Si queremos el bien, tenemos que hacerlo libremente. Dios no nos fuerza a hacerlo. Quiere nuestro amor libre. ¿De qué le sirve un amor obligado?

lunes, 8 de noviembre de 2010

EL MAYOR SECRETO DE LA VIDA

…el día que tenga tiempo, hare ejercicio mi figura se verá mejor y seré feliz…
…el día que tenga dinero, viajare por el mundo, conoceré gente interesante y seré alguien importante.
…el día que baje de peso, tendré más suerte y tendré la posibilidad de conseguir pareja y seré feliz como en los cuentos de hadas.
…el día que tenga tiempo, tendré una relación y me podré casar o tener una pareja, novio, novia, como quieran llamarle, y seré independiente y tendré una familia y seré toda una ama de casa o profesional independiente etc etc

Cuantos ejemplos podría dar, llenaría todo un libro con todo lo que la gente nos proponemos, y no es el hecho de promesas de fin de año para comenzar otro. Si observamos el patrón de las oraciones, antes de llevarlas a acción, la secuencia de los verbos es: TENER, HACER Y SER.

Tener: Poseer una cosa o disfrutar de ella
Hacer: Producir, causar.
Ser: Ser es el atributo filosófico que se le adjudica a una entidad capaz de definirse a sí misma frente a un medio. Ser, sabio, inteligente, tonto, guapa o guapo, galán, mediocre, abusado, compasivo, tierno, amoroso, saludable, enfermizo, triste, melancólico, reventado, serio. Hipocondriaco etc.

Y la secuencia debe ser asi: SER, HACER, TENER.

Ya que saber no sigue a la experiencia sino que la precede.

En esto la mitad del mundo entiende lo contrario y nos aferramos a los ejemplos del principio y otros, en donde siempre queremos primero tener, para hacer algo y finalmente ser. Hay algunos casos en dónde llevando la secuencia inversa, se obtiene el resultado, pero es un proceso más difícil, largo y no recomendado, veremos más adelante por qué.

He conocido gente, que no tiene la más mínima idea de lo que estamos hablando aquí, y sin embargo, es una persona exitosa, ES, HACE Y TIENE, pero saben una cosa?

He observado su patrón de comportamiento, y de forma innata, lleva la secuencia correcta de lo que hablamos, no es necesario que lo estudie, esa persona lo ha descubierto, su mente lo ha registrado y en automático lo lleva a cabo, para el ya no existe otro camino que este que sabe que lo lleva a donde quiere.

Para " saber que sabes, actúa como si supieras". Hablamos un poco de este tema en otra ocasión, y concluimos que es FE, entendiendo en creer algo o saber algo aunque no se haya dado, solo es recordar lo que ya sabemos de alguna experiencia previa, debemos de esforzarnos solo un poco.

Casi toda la gente cree que si " tiene " alguna cosa, puede finalmente " hacer " algo, lo que le permitirá " ser " algo. En realidad están invirtiendo el paradigma Ser - Hacer - Tener. En el universo como es en realidad, " el tener " no produce " ser ", sino todo lo contrario.

Primero eres ese algo llamado " feliz " ( o " conocedor " o " sabio " o " compasivo " o cualquier otra cosa ), luego empiezas a " hacer " las cosas desde este punto de ser y pronto descubres que lo que estás haciendo termina proporcionándote las cosas que siempre deseaste " tener ".

La manera de poner en movimiento este proceso creativo ( y eso es lo que es el proceso de la creación) es saber lo que deseas " tener ", preguntarte lo que piensas que " serías " si " tuvieras " eso y, en seguida, ir directamente a ser.

De esta manera, inviertes la forma en que has utilizado el paradigma Ser -
Hacer - Tener, lo estableces correctamente y trabajas con la fuerza creativa del universo, en lugar de contra ella.

Esta es una forma resumida de expresar este principio:

En la vida no tienes que hacer nada. Solo se lo que quieres ser y lo demás llegara por añadidura.

Todo es cuestión de lo que estás siendo. Si eres feliz, harás feliz a alguien más y tendrás felicidad, o se mezquino, harás de tu vida un infierno y tendrás no amor.

Decidir con anticipación lo que eliges ser produce eso en tu experiencia.

La felicidad es un estado mental. Al igual que todos los estados mentales, se reproduce en forma física.

" Todos los estados mentales se reproducen a sí mismos " Recuerda que tu mente es creadora, y lo que pienses que eres eso vas a ser. Dios de antemano te concede todo lo que pidas, nunca te lo va a negar, sea en términos relativos, conveniente o no para ti. Dios creara las condiciones necesarias, el universo se confabula, se alinea, para que vivas la experiencia que estés pidiendo ser.

Actúa como si lo tuvieras y atraerás la felicidad hacia ti. De nuevo entra la FE, si quieres una casa por ej. Pega una foto en donde todos los días al despertar la veas y da gracias a DIOS por ella aunque no la tengas, pero visualízate en ella, en su espacio, en su jardín, en la luz que entra por el ventanal que da hacia el sol, todos los detalles que quieras, al paso del tiempo sin perder la fe, la tendrás. No es un acto de magia, en el sentido que de la noche a la mañana aparezca la casa, es primero elegir que quieres SER, un ejecutivo, un empresario, o empleado con prestaciones para vivienda, o comerciante, vaya cualquier cosa que de alguna forma te acerque a lo que quieres hacer y tener.

Lo que actúas como si lo fueras, en eso te conviertes.

onozco un caso en dónde la persona, cada vez que platico con ella, desde que lo conozco, siempre habla de tener cientos, miles, mucho, en todos los sentidos, trabajo, amigos, experiencias etc. al principio, observe su entorno, y no eran ni cientos, ni miles, ni muchos, al paso del tiempo, lo veo hoy, y eso que platico alguna vez, se ha convertido en realidad y ahora , ES, HACE Y TIENE, cientos, miles y mucho de lo que hace 10 años hablaba.

Sin embargo, todo lo que hagas, hazlo con sinceridad o se perderá el beneficio de la acción.

No puedes engañar a tu mente. Si no eres sincero tu mente lo sabe y así es.

Terminaste con cualquier posibilidad de que tu mente pueda ayudarte en tu proceso creativo.

Por supuesto puedes crear sin tu mente, sólo que resulta mucho más difícil.

Puedes pedirle a tu cuerpo que haga algo que tu mente no cree y, si tu cuerpo lo hace durante bastante tiempo, tu mente empezará a olvidar su primer pensamiento acerca de esto y creará un Pensamiento Nuevo. Una vez que tengas un Pensamiento Nuevo respecto a algo, estás en camino de crearlo como un aspecto permanente de tu ser; en lugar de algo que sólo actúas.

Esto es hacer las cosas de la manera más difícil e incluso en tales casos, la acción debe ser sincera..
Lo que elijas para ti, dalo a otra persona. si eliges ser feliz, haz que otra persona sea feliz. si eliges ser próspero haz que otra persona sea próspera. Si eliges amor en tu vida, haz que los demás tengan más amor en la suya.

Haz esto con sinceridad ( no porque busques un beneficio personal, sino porque en realidad desees que la otra persona tenga eso) y todas las cosas que des vendrán a ti.

El solo acto de que des algo hace que sientas que lo tienes para darlo.
Puesto que no puedes dar a otra persona algo que no tienes ahora, tu mente llega a una nueva conclusión, un Pensamiento Nuevo, acerca de ti (esto es, que debes tener esto o no podrías darlo.).

Ese Pensamiento Nuevo se convierte en tu experiencia. Empiezas a " ser " eso.
Una vez que empiezas a " ser " algo, pones en marcha la máquina de creación más poderosa del universo, tu Yo Divino.

Lo que estás siendo, lo estás creando.
El círculo es completo y crearás más de eso en tu vida. Se manifestará en tu experiencia física.

Este es el mayor secreto de la vida.

Si das a otra persona algo, como manipulación o maquinación con el objeto de obtener algo para ti, tu mente lo sabe. Le diste la señal de que tú no tienes eso.

Puesto que el universo no es otra cosa que una máquina copiadora, que reproduce tus pensamientos en forma física, ésa será tu experiencia. Esto es, continuarás experimentando no tenerlo, ¡sin importar lo que hagas!

Más aún, ésa será la experiencia de la persona a la que tratas de darlo.

Notará que sólo intentas conseguir algo, que en realidad no tienes nada que
ofrecer y el hecho de dar será un gesto vacío, visto desde toda la trivialidad
auto interesada de la cual surge.
Eso que tratas de atraer, lo alejarás.

No obstante, cuando das algo a alguien con pureza de corazón, porque comprendes que lo desea, lo necesita y debe tenerlo, entonces descubrirás
que lo tienes para darlo. Eso es un gran descubrimiento.

Así es exactamente como funciona.

Por lo tanto, cuando desees algo, dalo. Entonces ya no lo " desearás". De inmediato experimentarás " tenerlo". A partir de ese momento es sólo una cuestión de grado.

Es en la unidad donde existe la fortaleza interior y es en la separación donde se disipa, dejando una sensación de debilidad y de impotencia y, por lo tanto, de lucha por el poder.

El poder para hacer cualquier cosa, el poder de tener cualquier cosa, el poder para crear, se deriva de la fortaleza interior que se produce a través de la unidad..

Ustedes piensan que la fortaleza interior surge de la individualidad y de la separación y, sencillamente, esto no es así. La separación de Dios y entre ustedes es la causa de todo su mal funcionamiento y sufrimiento.

No hay separación. No entre sí, no de Dios y no de nada que existe.
Actúen como si no estuvieran separados de nada y de nadie y mañana sanarán su mundo.

Este es el mayor secreto de todos los tiempos. Es la respuesta que el hombre ha buscado durante milenios. Es la solución por la cual ha trabajado, la revelación por la que ha orado.
Comprendan que se trata de actuar con el poder, no sobre este.

El alma responde y se recrea en la sugestión más poderosa de la mente, produciendo eso en su experiencia.

¿ Qué eliges ?

Esa es la pregunta del universo, siempre. Porque el universo no sabe nada, excepto cómo concederte tu deseo más caro, tu mayor deseo. En realidad lo está haciendo a cada momento, cada día.
Un pensamiento que muchos de ustedes comparten es su idea de
insuficiencia.

Muchos de ustedes creen en el fondo de su ser que simplemente no hay suficiente.

No hay suficiente de nada.

No hay suficiente amor, no hay suficiente dinero, no hay suficiente comida, no hay suficiente abrigo, no hay suficientes ideas buenas para continuar y, seguramente, no hay suficientes de ustedes.
Este pensamiento apoyado hace que empleen toda clase de estrategias y tácticas al tratar de adquirir lo que consideran que " no hay suficiente ".

Hay enfoques que deben de abandonar de inmediato y comprender que hay suficiente para todos de cualquier cosa que deseen.

Lo han oído decir con anterioridad y es verdad: Dios nunca dice No.
Este estado de no tener motivo para decir No es el estado en el que Yo resido todo el tiempo.

Daré a todos exactamente lo que desean, siempre, como lo he hecho desde el principio del tiempo.

Dios es Amor, y su amor es muy diferente al amor humano. El amor de Dios es incondicional y no se basa en sentimientos o emociones. No nos ama porque nosotros seamos fáciles de amar o porque le hagamos sentir bien; él nos ama porque él es amor. Él nos creó para tener una relación amorosa con él y sacrificó a su propio hijo (quien también estaba dispuesto a morir por nosotros) para restaurar esa relación.