martes, 5 de mayo de 2009

PREGUNTA A DIOS ¿Cómo puedo resolver los problemas de salud que tengo?

¿Cómo puedo resolver los problemas de salud que tengo?

He sufrido bastantes problemas crónicos en las tres últimas vidas.

¿Por qué los sigo teniendo ahora, en esta vida?

RESPUESTA DE DIOS


En primer lugar, vamos a dejar clara una cosa: tú amas esos problemas; o, en cualquier caso, la mayoría de ellos. Los has utilizado admirablemente para compadecerte de ti mismo y atraer la atención de los demás hacia ti mismo.

En las pocas ocasiones en que no ha sido así, ha sido sólo porque han ido demasiado lejos. Más lejos de lo que tú pensabas que irían cuando los creaste.
Debes entender algo que probablemente ya sabes: toda enfermedad es creación de uno mismo. Incluso los médicos más convencionales están empezando a ver que la gente crea sus propias enfermedades.

La mayoría de las personas lo hacen de un modo totalmente inconsciente (ni siquiera saben que lo hacen). Así; cuando caen enfermos, no saben qué les pasa. Parece como si algo les aconteciera. en lugar de haberse hecho ellos algo a sí mismos.
Esto ocurre porque la mayoría de las personas van por la vida inconscientemente, y no sólo en lo que se refiere a la salud y sus consecuencias. Fuman, y luego se sorprenden porque tienen cáncer.

Ingieren animales y grasa, y luego se sorprenden porque tienen las arterias obstruidas.
Se pasan la vida enfadándose, y luego se sorprenden porque tienen infartos.
Compiten con los demás -despiadadamente, y bajo un estrés increíble-, y luego se sorprenden porque tienen apoplejías.
La verdad que se oculta tras todo esto es que a la mayoría de las personas les preocupa su muerte.

La preocupación es precisamente la peor forma de actividad mental que hay después del odio, y resulta profundamente autodestructiva. La preocupación no tiene sentido. Es malgastar la energía mental. Además, crea reacciones bioquímicas que dañan al cuerpo, produciendo un sinfín de problemas que van desde una simple indigestión hasta una parada cardiaca.
La salud mejorará casi en el mismo momento en que cese la preocupación.

La preocupación es la actividad de una mente que no entiende su vinculación conmigo.
El odio es la enfermedad que resulta más gravemente perjudicial para la mente. Envenena el cuerpo, y sus efectos son prácticamente irreversibles.

El temor es lo más opuesto a todo lo que sois, y, en consecuencia, ejerce un efecto de oposición en vuestra salud física y mental. El temor es la preocupación llevada al extremo.
La preocupación, el odio y el temor -junto con sus vástagos: la ansiedad, la amargura, la impaciencia, la avaricia, la crueldad, la severidad y la condena-, todo ello ataca al nivel celular del cuerpo. En estas condiciones, resulta imposible tener un cuerpo sano.

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