domingo, 28 de marzo de 2010

¿ES AUTENTICO EL LIBRO DE CONVERSACIONES CON DIOS?



Estimado profesor Velmont: Me dirijo a usted para solicitarle información sobre el libro "Conversaciones con Dios", de Neale Donald Walsch. Según el autor no se trata de ficción sino de diálogos reales. ¿Es verdad lo que dice este libro o simplemente se trata de una excelente mistificación? Me interesaría sobremanera conocer su parecer.
Clara F.

RESPUESTA
Apreciada Clara: Desde ya te confirmo que el libro de Walsch es genuino y se trata de canalizaciones que el propio autor hizo, a través de la llamada "escritura automática", del propio Creador.
Como tú seguramente sabrás, nosotros también estamos en contacto telepático con el propio Absoluto, y por lo tanto aprovechamos para preguntarle sobre este libro y él mismo nos ratificó su autenticidad.
Pero el problema no pasa por aquí sino por la fidelidad de la traducción de los conceptos del Absoluto. Y aquí es donde la obra falla.
No debes olvidarte que el médium es solamente un traductor de los conceptos o ideas espirituales a palabras entendibles, y si traduce mal, el mensaje se desvirtúa.
La entidad que da el mensaje o dialoga con o a través del médium depende también de los conocimientos que éste tenga. De nada vale que la entidad transmita conceptos de física cuántica si el médium no sabe nada de física cuántica. El resultado puede ser impredecible y lo negro volverse blanco y lo blanco negro.
El otro problema que se plantea es el de los preconceptos que tenga el médium sobre determinado tema. Si el médium está convencido a rajatabla de que el verdadero padre de Jesús fue José, obviamente no admitirá transmitir que fue un romano -para más datos Herodes Antípater-, como nosotros sabemos.
Y lo mismo si confunde a Jesús (espíritu, 5º nivel) con Cristo (Logos dimensional. 7º nivel) como hace constantemente el autor.
No estoy invalidando el libro −tiene partes de enorme belleza y sabiduría−, pero tampoco puedo validarlo −tiene argumentos tan falaces que llegan a ser demenciales− sin cuestionarlo.
En resumen, es un libro que hay que leerlo muy alerta, con mucho discernimiento y sentido común, y tomando los conceptos no necesariamente como provenientes del Absoluto sino como la interpretación que de ellos hizo el propio médium.
En muchos aspectos, la obra de Walsch también adolece de supina ignorancia y falta de criterio, y así llega, a través de mala canalización, a conclusiones verdaderamente absurdas y aun perversas.
Por ejemplo, Walsch le hace decir a Dios: "Yo te digo que no hay 'manzanas podridas', sólo hay personas que discrepan de tu punto de vista, seres que construyen un modelo diferente del mundo. Ninguna persona hace nada inadecuado, según su modelo del mundo". Y más adelante le hace decir: "Las ideas de la gente sobre el Bien y el Mal cambian y han cambiado una y otra vez de cultura a cultura, de época a época, de religión a religión, de lugar a lugar. Incluso de familia a familia y de persona a persona. Lo que muchas personas calificaban de 'bueno' en una época, quemar a individuos en la hoguera por lo que se consideraba brujería, hoy en día se juzga como 'malo'. Una definición de 'bueno' y 'malo' es una definición no sólo establecida por la época, sino también por simple geografía. Algunas actividades en este planeta son ilegales en un lugar, y en otro, a unos cuantos kilómetros de distancia, son legales. Y así, cuando se juzga a una persona por haber hecho algo 'malo' no se trata de lo que ha hecho la persona realmente, sino de dónde lo ha hecho".
Esta argumentación, que Walsch le atribuye a Dios, es particularmente falaz, porque confunde la moralidad y la legalidad con la Ética, confusión inadmisible si fuera realmente el Creador el que da el mensaje.
Es cierto que lo legal o lo ilegal y lo moral o lo inmoral dependen del lugar, y también es cierto que lo que es ilegal en un lugar puede ser legal en otro y lo que es moral en un lugar puede ser inmoral en otro.
Pero lo que no es cierto es que éstos sean los parámetros para juzgar sobre lo que está bien y lo que está mal, porque para eso está la Ética. La Ética no se confunde con la moralidad o la legalidad, porque lo que es ético en un lugar es ético en todos los lugares, y lo que no es ético en un lugar no es ético en ningún otro lugar.
La moral no tiene nada que ver con la Ética, porque la moralidad cambia con las épocas y en cambio la Ética nunca cambia.
¿Qué es, en definitiva, la ética? La ética es, fundamentalmente, "la racionalidad hacia el nivel más alto de supervivencia para el individuo, la raza futura, el grupo, la humanidad y las otras dinámicas tomadas colectivamente. Ética es razón. El más alto nivel de ética sería: conceptos de supervivencia a largo plazo con mínima destrucción, a través de cualquiera de las dinámicas".
Esto significa, lisa y llanamente, tomando como ejemplo a la prostitución o a la pena de muerte, que no importa si está legalizada o se considera moral en una determinada época o en un determinado lugar, siempre se trata de instituciones que están en contra de la supervivencia de todas las dinámicas, especialmente de la primera, es decir, de la de la propia persona que la ejerce (la prostitución) o la padece (la pena de muerte).
Naturalmente que la prostitución y la pena de muerte se las ha justificado de mil maneras, pero eso no cambia el hecho irrefutable de que atentan contra la supervivencia.
Lo que Walsch le hace decir a Dios es perverso porque permite justificar cualquier atrocidad, incluso el Holocausto judío. Y con esto llegamos al máximo disparate, porque siguiendo su falaz argumentación, le hace decir a Dios que "Hitler se fue al cielo".
Para justificarlo, pone toda la responsabilidad del Holocausto en Dios: "Cada acontecimiento es un acto de Dios. ¿Te imaginas que podría tener lugar un suceso si yo no lo quisiera? ¿Piensas que podrías levantar siquiera tu dedo meñique si Yo elijo que no lo hagas? No podrías hacer nada si Yo me opongo.". Y con respecto a Hitler, le hace decir a Dios: "Yo se lo permití. entonces fue Mi Voluntad que actuara así".
Los disparates siguen: "Después de que cambias de forma (al morir) ya no existen las consecuencias, sólo hay conocimiento. Las consecuencias son un elemento de la relatividad. No tienen lugar en lo Absoluto".
¿Cómo llega Walsch a argumentar tan disparatadamente? La respuesta es simple: el autor le tiene tanto miedo a las consecuencias de sus propios actos para después de la muerte, que simplemente niega que haya infierno, haciéndole decir a Dios: "Hitler fue al Cielo por estas razones: No hay infierno, por lo que no había otro lugar para él. Sus acciones fueron lo que tú llamarías equivocaciones −las acciones de un ser sin evolucionar− y las equivocaciones no son castigables por condena, sino que se trata de proporcionar la oportunidad de corrección, de evolución. Los errores que Hitler cometió no causaron ningún daño o perjuicio a aquellos cuyas muertes ocasionó. Esas almas fueron liberadas de su cautiverio terrenal, como mariposas que emergen de su capullo. Las personas que quedan atrás lamentan esas muertes debido únicamente a que desconocen el júbilo del cual están gozando ahora esas almas. Nadie que haya experimentado la muerte lamenta el fallecimiento de otra persona".
¡Hermosa manera tiene Walsch de justificar la pena de muerte, las guerras, los asesinatos!
Aunque lo aberrado de toda esta argumentación surge evidente, no estará de más formular algunas observaciones, todas basadas en las enseñanzas de los Maestros de Luz.
No existe un Cielo como lo plantean las religiones y también el propio Walsch, sino que existen distintos niveles vibratorios donde el espíritu, desencarnado o encarnado (en este último caso el llamado Yo Superior, alma o Thetán), habita según sus merecimientos y desarrolla determinadas actividades: los de los niveles 4 (de Maestría) y 5 (de Luz) se dedican fundamentalmente al Servicio; los de los niveles 2 y 3, a luchas de poder.
Es verdad lo que dice la Biblia respecto a que Jesús descendió en espíritu a "los infiernos", pero no es verdad que éste sea un lugar de castigo porque no hay ningún "dios castigador" (si se admite que existe un dios castigador también habría que admitir que hay un dios que se ofende, lo cual sería ya el colmo de las tonterías).
Sucede, simplemente, que si un ser acumula actos hostiles en contra de sus semejantes su espíritu se "carga", por así decirlo, de energía negativa que opaca o densifica su espiritualidad, es decir, su Luz, y como consecuencia de ello desciende de plano, de la misma forma que si una persona se arroja al agua con cien kilos de plomo se hunde hasta el fondo, no como sanción sino como consecuencia de una ley natural.
Tampoco es cierto que se trate de un lugar donde existe el fuego, ya que se trata de algo más sutil: el espíritu que cometió actos hostiles en contra de sus semejantes siente en sí mismo el sufrimiento que causó a otros. ¿Cómo no va a existir un lugar así?
Sin embargo, de este lugar se sale muy fácil, porque basta que el espíritu aprenda la suprema lección de que al semejante hay que respetarlo. Y así, en el mismo momento en que en lugar de pensar en su propio sufrimiento piensa en el sufrimiento del otro, automáticamente se eleva. Así de sencillo.
Más adelante, Walsch se supera a sí mismo en el disparate: "El propósito de la experiencia de Hitler fue que la humanidad se mostrara a sí misma. La experiencia de Hitler −como la experiencia de Cristo [aquí confunde a Jesús con Cristo]− es profunda en sus implicaciones y en las verdades que reveló acerca de la humanidad. Hitler fue al Cielo porque no hizo nada malo. Simplemente actuó como actuó. El estableció un criterio, impuso un parámetro, un margen contra los cuales podíamos medir y limitar nuestras ideas acerca de nosotros mismos. Cristo hizo lo mismo en el otro extremo del espectro. Hitler no perjudicó a nadie. En un sentido no causó sufrimiento, lo terminó".
¿Es necesario que continúe para que te des cuenta de que Walsch inventó toda esta argumentación basado en la falsa premisa de que no hay ningún infierno y de que después de la muerte solamente hay un mítico cielo?
A continuación, y para más datos, te transcribo los diálogos que he mantenido con Eón (el Absoluto) sobre este libro.

Interlocutor: . Hay un libro escrito por Neale Donald Walsch titulado "Conversaciones con Dios". En realidad son tres tomos los que hasta ahora han aparecido y se han vendido una enormidad. ¿Los dictó usted?
Eón: Así es. Ese autor que citas me ha canalizado, y lo ha hecho incluso antes que el propio Johnakan.
Interlocutor: ¿Hay algún problema con ese libro? Me refiero a si hay que creerlo a pies juntillas o tomarlo con pinzas, como se dice vulgarmente.
Eón: El libro tiene un problema, quizás no grave, y que no invalida su lectura para aquellos espíritus encarnados que quieran interiorizarse de su contenido. Pero hay muchas cosas que han impedido la fluidez de la canalización.
Interlocutor: ¿Por ejemplo?
Eón: Los condicionamientos egoicos de este canalizador, que han modificado los dictados, sea agregándole mensajes que no he dado o directamente suprimiendo muchos de ellos.
Pero esto no ocurre solamente en los canalizadores terrestres, sino también de otros mundos.
Interlocutor: ¿Qué características tendría que tener un buen canalizador para no tergiversar los mensajes?
Eón: Simplemente tendría que estar libre de condicionamientos, porque cuando el canalizador está imbuido de muchos preconceptos no puede evitar poner parte de sí en los mensajes.
Interlocutor: ¿Los tres tomos de la serie fueron dictados por usted?
Eón: Así es. Fueron recepcionados en distintas temporadas.
Interlocutor: Estas alteraciones de la que usted habla ¿fueron de alguna manera a sabiendas? Me refiero, por ejemplo, a que pone como padre de Jesús a José, cuando se sabe que su padre biológico fue Herodes Antípater.
Eón: No, no fueron a sabiendas. El autor escribió lo que de buena fe creyó que recibía de mí. Fueron sus condicionamientos, sus preconceptos, sean religiosos, sean morales, sean espirituales, los responsables de las alteraciones.
Interlocutor: Me gustaría poner en nuestro sitio web algún comentario sobre este libro. La pregunta es si lo valido o lo invalido.
Eón: No se lo puede invalidar, pero tampoco se lo puede validar hasta no filtrarlo, porque hay muchas cosas, que sin ser perniciosas, pueden llegar a provocar desidia.
Fíjate que hay textos de un supuesto comando, el comando Asthar, que en realidad se trata de seres de Luz del 5º plano, que fue mal canalizado, donde se le da prioridad al Ser y no, como en realidad es lo correcto, al Hacer.
Interlocutor: ¿El error de dar prioridad al Ser y no al Hacer provino exclusivamente del canalizador?
Eón: No solamente del canalizador, sino también de esos espíritus de Luz. No te olvides que dentro de los mismos espíritus de Luz puede haber conceptos erróneos. Y no por eso bajan de nivel. Simplemente tienen interpretaciones distintas.
Y esto es lo que hay que recalcar, que el 99 % de los seres que canalizan, o aquellos maestros que no canalizan pero brindan enseñanzas espirituales, dejan de lado el Servicio, haciendo hincapié únicamente en el Ser. El Hacer, es decir, el Servicio, es lo más importante, mucho más aún que el Ser.
Esta persona que me ha canalizado, Neale Donald Walsch, no es que omita, sino que no le da prioridad a la parte del Servicio. Habla más del Ser y del Trascender que del Hacer.
Y como dijera mi receptáculo -y por eso es tan valioso su mensaje-, "sólo se trasciende con la Obra".

1 comentario:

  1. Pues apesar de estos supuestos errores ,seme hace mas creible que la blblia, donde no bajan a Dios de celoso,castigador vengativo,lleno de ira.destructor de vidas y pueblos,todavia conversaciones con Dios es una gran bendicion y los errores no seran tan graves como paresen,pero se tomaran en cuenta.

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